Con el frío otoñal y a un día de las elecciones estadounidenses vuelve esta friki de la traducción para daros la tabarra de nuevo con el apasionante mundo de Wall Street, esta vez para centrarme en el plano lingüístico. Seguramente muchos de vosotros ya habréis estado en contacto con algunos de los textos de los que voy a hablar, ya que como ya dije en la anterior entrada, la economía y las finanzas constituyen un ámbito en el que se especializan los traductores debido a las necesidades del mercado actual.
Comenzaré entonces con la tipología textual de este ámbito de especialidad, lo cual amigos míos es toda una aventura, puesto que acotar este ámbito entraña una gran dificultad puesto que se mezcla con otros lenguajes de especialidad como el jurídico. Como bien señala Mariana Orozco, podríamos hacer una división entre textos de la esfera privada y textos de la esfera pública, lo que como todos estaréis pensando (porque sois muy listos) da lugar a la división de las ciencias económicas entre macroeconomía y microeconomía. Por otra parte tendríamos los textos pertenecientes a las finanzas.
Como ya dijimos en la anterior entrada (siento repetirme chicos) la macroeconomía se encarga del funcionamiento de la economía en su conjunto y se centra en el comportamiento global de la economía. Se trata del conjunto de medidas gubernamentales que analizan la actividad económica de un país determinado o de un conjunto de países. Así pues, el traductor se puede topar con documentos macroeconómicos que en la mayoría de casos vienen en la forma de artículos periodísticos (previsiones y variables económicas, informes sobre la estabilidad económica mundial, cuestiones relacionadas con la política económica europea). En estos textos encontraremos conceptos como la producción de bienes y servicios en un país (PIB), empleo y desempleo, nivel de precios (se encarga de comprobar si existe inflación o deflación), transacciones económicas llevadas a cabo entre los residentes de un país y los del resto del mundo, tipos de cambio (el precio de la moneda nacional expresado en otra moneda extranjera), y finalmente otros aspectos como el consumo, ahorro o inversión.
Ahora nos desplazamos a la esfera privada y tomamos contacto con la microeconomía, que estudia el comportamiento económico de los consumidores, las empresas, los trabajadores y los inversores, así como la obtención de beneficios o la reducción de costes en una sociedad, las decisiones de una empresa respecto de la producción de bienes y servicios, y las preferencias de consumo de los individuos. Dentro de este ámbito puede que nos toque traducir planes de negocios, cartas comerciales, contratos de alta dirección, contratos de compraventa de acciones, contratos de seguros, contratos de representación (lo que ha quedado claro es que os tocará traducir muchos contratos mercantiles), informes anuales, etc.
Como colofón a esta sección sobre la tipología textual destacamos la importancia del ámbito financiero en este momento para los traductores puesto que la mayoría de encargos suelen pertenecer a esta esfera. Las finanzas estudian la obtención y gestión del dinero de los negocios, de la banca y de la Bolsa entre individuos, empresas o estados. El grueso de este ámbito está compuesto por los informes anuales y de gestión del sector empresarial y bancario, así como documentos del ámbito bursátil.
Si habéis conseguido llegar hasta este párrafo sin dormiros estáis de suerte porque ahora me voy a zambullir en lo que más nos gusta a los traductores: el plano léxico y sintáctico de este lenguaje de especialidad (quizás no suena tan bien pero ya podéis aguantar unos párrafos más).
Comencemos con el plano léxico. Si os topáis con un texto sobre teoría económica, podréis observar que los términos son de procedencia latina o griega y que presentan un registro formal. Pero como en la mayoría de los casos tendréis que traducir textos sobre comercio y finanzas, la mayoría de los términos son de procedencia anglosajona y el registro es mucho más informal. Asimismo, hay multitud de verbos de movimiento (rise, fall, increase) y en el discurso en español notaremos una gran profusión de préstamos del inglés (leasing). Además, en este tipo de discurso se prefiere (sobre todo en el inglés) el uso de siglas y abreviaturas. Por último cabe señalar la gran creación semántica que se realiza en este ámbito debido a que es una materia que está en constante cambio.
En cuanto al plano sintáctico, hay que destacar que el lenguaje económico es un lenguaje comprimido y que por lo tanto observaremos reducciones gramaticales y estructuras sintácticas abreviadas. En la mayoría de las oraciones hay una falta de agente y es muy normal que se utilice la pasiva y verbos como show, shift o move. Además, como han destacado varios autores en esta materia, el lenguaje económico es muy metafórico y sobre todo en las finanzas se pretende transmitir un tono coloquial e innovador.
¡Enhorabuena, conseguisteis llegar al último párrafo! Para finalizar esta entrada me gustaría daros algunos recursos y consejillos que podéis utilizar para este ámbito de especialidad. Lo más importante es que os familiaricéis con los conceptos y con los términos en vuestras lenguas de trabajo mediante manuales (para mí la colección para dummies es fantástica, os prometo que no voy a comisión). Además existen muchos periódicos y revistas en línea que podéis consultar y que os pueden servir para practicar (sobre todo los temidos artículos del The Economist que ponen en la mayoría de las oposiciones). Para el ámbito mercantil tendréis que especializaros un poco en esta rama del Derecho y acudir a fuentes como el Código de Comercio.
Espero que os haya gustado esta entrada y que los consejillos os sirvan para vuestros encargos. Ya sabéis que podéis preguntarme lo que queráis a través de los comentarios y en la sección de recursos de esta página web podréis encontrar varios enlaces del ámbito económico-financiero.
¡Hasta la próxima!
Un comentario sobre “Un traductor en Wall Street II: Un poquito de jerga económico-financiera”